Me gusta mi trabajo y tengo mucha suerte al poder enseñar y aprender de los niños/as con los que estoy cada día en mis coles .
Ellos/as al principio suelen ser reacios al contacto físico, a la caricia, el beso, al abrazo, incluso a que le cojas la mano o le toques la espalda. Poco a poco se van haciendo a tí y tú a ellos y llega un momento que esos grandes ojos que antes evitaban cruzarse con los tuyos, te miran con complicidad. Y sus manos te piden que las cojas para jugar, su carita que la beses y sus brazos, abrazos fuertes y enormes. Es lo que mejor reciben y lo que más dan; cariño, ternura y "achuchones". Son cariñosamente hablando como unos ositos pandas, que se necesitan uno al otro, para entenderse en el día a día, para apoyarse y sentirse acompañado/a cuando las cosas no vayan del todo bien.
Un beso desde aquí a todos/as ellos/as.
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